martes, diciembre 7

Virgen de Lo Vásquez


Fue la fe de un acaudalado vecino de la comuna de Casablanca, que hace más de un siglo puso la imagen de la virgen en el patio de su casa, el origen de una devoción popular que hoy motiva una de las más grandes procesiones religiosas que se registran en el territorio nacional. Tal fue la fama que cobró dicha figura, bautizada popularmente como "la purísima", entre los habitantes de esta zona vinícola del valle central, que la imagen debió ser trasladada a una capilla especialmente construida para ella, hoy, transformada en el Santuario de lo Vásquez. En buses, auto, en bicicleta, a pie, de rodillas e incluso arrastrándose llegan los fieles desde Santiago, Viña y las localidades aledañas para hacer oir sus ruegos a la madre misericordiosa en la celebración del día de la Virgen de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre.

La familia León Vásquez fue la principal benefactora e impulsora en la construcción del Santuario, cuya capilla fue dos veces reconstruida, a causa de los daños causados por los temblores, antes de que el terromoto de 1906 la destruyera por completo. Recién, en 1913, y por supuesto un 8 de diciembre, se inauguró y bendijo lo que hoy es el Templo de lo Vásquez, gracias a la iniciativa de don José Ulloa. Un santuario que forma parte indisoluble de la historia, la identidad y la cultura del valle de Casablanca, epicentro del catolicismo regional y de la devoción popular a la Virgen. "Madre de la paz: Ruega por nosotros" es el lema que este año convoca a los más de 600 mil peregrinos que se esperan y que con esta masiva celebración culminan el Mes de María. Una fecha que este año, en los distintos templos del país, se dedica a la oración por la paz mundial.

La caja fuerte


Había una vez un hombre sabio, gran matemático, al que en cierta ocasión un hombre muy rico y muy avaro le pagó un gran tesoro por encontrar la forma de obtener el máximo beneficio en todo lo que hiciera, pues su gran sueño era llenar de oro y joyas una inmensa caja fuerte que había fabricando él mismo.
El matemático estuvo encerrado durante meses en su laboratorio; cuando pensaba que había encontrado la solución, descubría errores en sus cálculos... y vuelta a empezar. Una noche apareció en casa del hombre rico con una gran sonrisa en la cara: "¡lo encontré!", le dijo, "mis cálculos son perfectos". El avaro, que al día siguiente partía para un largo viaje y no tenía tiempo de escucharle, le prometió el doble del oro si se quedaba a cargo de sus bienes poniendo en práctica sus fórmulas. El matemático, entusiasmado por su descubrimiento, aceptó encantado.
Cuando algunos meses después el avaro regresó, encontró que no quedaba nada de sus antiguas posesiones. Furioso, fue a pedir explicaciones al matemático, quien tranquilamente le contó sus planes: había regalado todo a todo el mundo. El hombre rico no podía creerlo, pero entonces el matemático le explicó:
- Durante meses estuve analizando cómo puede un hombre conseguir el máximo beneficio, pero siempre estaba limitado, porque un hombre sólo no puede hacer mucho. Entonces comprendí que la clave era que fueran muchos los que ayudaran a conseguirlo, y así fue como resultó que ayudar a todos era la mejor forma de que cada vez más gente contribuyera a conseguir nuestro propio beneficio.
Desengañado y furioso, el avaro se marchó desesperado tras haber perdido todo por culpa de un loco. Pero mientras caminaba cabizbajo y pensativo, varios vecinos corrieron a preocuparse por él. Todos habían sido beneficiados cuando el matemático repartió sus bienes, y se sentían tan honrados de poder ofrecer su casa y todo lo suyo a alguien tan especial, que hasta discutían por poder ayudarle. Durante los días siguientes, el avaro estuvo comprobando los efectos de lo que había planeado el matemático: allá donde iba era recibido con grandes honores, y todos se mostraban dispuestos a ayudarle en cuanto estuviera en su mano. Y comprendió que su no tener nada le había dado mucho más.
De esta forma, rápidamente pudo volver a crear florecientes negocios, pero desde entonces, siguiendo el consejo de su brillante matemático, ya no volvió a acumular sus riquezas en una caja fuerte ni nada parecido. En su lugar, las repartía entre cientos de amigos, cuyos corazones se convertían en la más segura, agradecida y rebosante de las cajas fuertes.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán

NICANOR PLAZA




Nicanor Plaza, escultor, nació en Santiago en 1844 y falleció en Florencia el 7 de diciembre de 1918.
En 1858 ingresó a la primera generación del curso de escultura en la recién inaugurada academia, bajo el alero del francés Augusto François, primer profesor del ramo en Chile.
Plaza fue el primero en recibir una beca del gobierno para continuar sus estudios en Francia; así, en 1863 inicia en París sus clases con Francisco Jouffroy. Más tarde regresa a Chile para asumir el cargo de Director de la Academia de Bellas Artes de Santiago, el año 1873.
Luego de un brillante desempeño formando nuevos artistas y de obtener grandes logros artísticos, se radicó en París en el año 1900.

Finalmente se trasladó a Italia, país donde mantuvo contacto con Rebeca Matte y Gulio Monteverde, y lugar donde falleció.